¿Cómo pagamos la deuda?, por Felipe Alegría

En este artículo de Felipe Alegria se analizan las consecuencias de las políticas de “ajuste presupuestario” en el Estado Español, recortes que se hacen en nombre de una supuesta “elevada deuda pública”.

¿Qué hizo que se disparara la deuda pública desde el 2008, quién financió la burbuja Inmobiliaria y con qué fines? ¿Por qué nos dicen todos los gobiernos que “no hay dinero” y ahora “toca pagar la deuda” porque –según ellos- “hemos vivido sobre nuestras posibilidades” si gran parte de la deuda pertenece a entidades privades como bancos y grandes empresas? He aquí la respuesta de Alegría:

“Prensa, políticos y “expertos” intentan ocultar a los responsables y a los beneficiarios de este expolio. Nos hablan de “los mercados”, como si estos fueran una fuerza natural anónima e irresistible y no ese reducidísimo grupo de grandes bancos, compañías de seguros y fondos especulativos a los que sirven la UE y los gobiernos.”

¿Cómo pagamos esa deuda que no es nuestra?:

“Antes vimos que más de la quinta parte de los gastos de la Administración central (74.000 millones) se destinaban en 2011 al pago de la Deuda pública. Vimos también que si añadíamos el dinero dedicado por las Autonomías, se podía estimar un gasto total en deuda de unos 100.000 millones (10% del PIB): 40.000 en intereses y 60.000 en amortizaciones. Y si incluimos la deuda refinanciada con nuevas emisiones (192.000 millones en 2011), llegaríamos a un gasto de 292.000 millones, casi un 30% del PIB.

Es una montaña de dinero. Y, sin embargo, nos dicen que no hay fondos para los gastos sociales. Es un crimen social."

Bancos, fondos de inversión (Hedge funds) y grandes empresas son los “cobradores de frac” que en complicidad con los gobiernos acometen los recortes y sus planes de privatización para recuperar espacios de poder y establecer un nuevo marco de relaciones en contra de los y las trabajadores de Europa:

“Pero la UE no es otra cosa que una máquina de guerra para acabar con las conquistas sociales arrancadas desde la II Guerra Mundial e imponer un retroceso histórico a los trabajadores y las clases medias europeas, condenando a amplios sectores a la pobreza. Es, a la vez, un instrumento de saqueo y colonización de los países más débiles de la periferia europea, al servicio, ante todo, del capitalismo alemán. La crisis de la Deuda soberana juega aquí un importante papel, como instrumento privilegiado del capital financiero para acaparar la riqueza social y como arma del capital alemán para imponer su dominio europeo. “

Para leer el artículo completo: AQUÍ